SOBRE EL AUTOR: Raúl Dueñas Montes
Actualmente reside en Arriate, municipio malagueño donde forma parte orgullosa del sentir andaluz. Amante de las letras y sus voraces ganas de aprender, lo han llevado a seguir estudiando en el ámbito filológico.
Comenzó su carrera en la literatura con un libro muy especial y autobiográfico sobre su «aventura de una adopción», como lo subtitula en, «Bye bye, Ayoi», su primer libro que en su primer año llegó a la tercera edición. Luego se atrevió a novelizar la vida de sus abuelos en «Maniegos», realizando una magnífica obra ya reconocida en diversos grupos literarios, donde desarrolla una historia en la España de la postguerra, mediante la vida de un Guardia Civil muy especial. Dolido por las situaciones actuales en cuestión de género, escribió «El Mar y la Sal», donde narra en paralelo la vida de dos protagonistas, hombre y mujer, abocados en una espiral de drama hasta que el amor y el valor puede con todo.
Imposible no describir sus cuentos de literatura infantil, donde personaliza a una tortuga, sin que el lector sepa si se trata de una chica o un chico, pues no debe importar. Asiste con ilusión como cuentacuentos a los colegios, donde relata con humor sus libros e impregna de valores humanos cada vez más necesarios entre los pequeños. Pincela también en cada cuento, diversos temas pedagógicos: tabla periódica o protección del medio ambiente entre otros. La revista internacional PW, recomendó su lectura y ya son cinco los títulos de la saga «la Tortuga Mofletuda» que podemos disfrutar con nuestros pequeños.
SOBRE LAS ILUSTRADORAS: Cecilia Casas Gómez y Ana Zamudio Gutiérrez. Las ilustradoras. Jóvenes estudiantes de Bellas Artes tienen mucho en común. Nacidas en la ciudad de Ronda, se conocieron cursando bachillerato y sus semejanzas ensamblaron a la perfección. A ambas les chifla viajar, la comida vegetariana las apasiona y ya tienen, para su corta edad, experiencia en numerosas exposiciones de sus trabajos artísticos. Cecilia, toca el piano magistralmente, llegando al grado de profesional y Ana es campeona de patinaje artístico, pero claro, lo llevan en sus genes (así cualquiera). Para definirlas con exquisitez, es mejor decir que son dos estrellas caídas del cielo que quieren alegrar el mundo con sus ilustraciones.